Hace un tiempo me crucé con esta frase:
“Todo en la vida comienza con un desastre. Llegamos al mundo en medio de un lío y de nosotros depende hacer que las cosas sean bellas.”
Fuente: flormendezpss |
Cada crisis trae consigo un cambio profundo, de raíz. Y, al parecer, se puede dar por dos motivos: sentir la necesidad de evolucionar de manera consciente o inconsciente. Este último te pega de sopetón como si fueras embestido por una manada de mamuts. Brutal, violento y te deja totalmente desarmado. Ante esta situación hay también dos opciones: ahogarte en medios para adormecer esa sensación abrumadora, perdiéndote en la evasión, o juntar tus pedacitos y reconstruirte. De la segunda opción, siempre, surgen cosas bellas.
Fuente: mohatextiles |
Cuando elegís
conscientemente el cambio para evolucionar, porque los pies están ansiosos por
recorrer caminos nuevos, porque el alma se agita queriendo volar, porque sentís
la necesidad de ir en busca de tu mejor versión, la cosa no se torna más
sencilla. En absoluto, porque tenés a cuestas el peso de dejar lo conocido,
aquello que construiste con tanto esfuerzo o aquellas personas que te aman y
sabés que te van a extrañar (y vas a extrañar porque pedazos de tu corazón se
quedan ahí con ellas). Pero el impulso es incontenible y el cambio
impostergable. Y te acostumbrás a tener la incertidumbre de compañera, le cebás
unos mates, la sacás a pasear y se van a dormir todas las noches juntos.
Pronto, te das cuenta que se hicieron amigos y te alimentás de la adrenalina
que genera en lugar de temerle. De este momento de íntima comunión con uno mismo,
de introspección extrema (si te lo permitís) también, siempre, surgen cosas
bellas.
Fuente: mohatextiles |
Fuente: flormendezpss |
En ambas
situaciones el denominador común es el miedo. El único sentimiento que congela
al personaje más gigante o poderoso. Pero valiente no es aquel que no tiene miedo
sino quien se enfrenta a él. Quien aprieta los dientes y decide salir adelante
a pesar de sus circunstancias poniéndole el corazón a cada paso dado. Quien se
rinde a la lucha inútil de intentar vivir en negación y comienza a escucharse a sí mismo.
Quien sale de la zona de confort no “huyendo de” sino “avanzando hacia”.
Avanzando hacia su mejor versión con coraje, paciencia y mucho amor. Confía
porque, siempre, de eso surgen cosas bellas.
Fuente: mohatextiles |
Rodéate de
cosas que te inspiren, de gente que te inspire, de música que te haga soñar.
Cambiá el color de alguna pared (por qué no todas), los muebles de lugar. Sacá
todos esos cachivaches que guardás “por las dudas” pero hace años que juntan
polvo, seguramente otra persona los necesita. Comprá algún objeto nuevo (para
vos) que simbolice esta etapa nueva y te recuerde la meta a alcanzar. Mimate y
confía, porque a partir del desastre siempre tenés el poder de hacer cosas
bellas.
Recordá que nuestro entorno es como el útero materno que nos influye
constantemente, así que mantené en tus espacios únicamente cosas que te nutran
y te hagan feliz.
Fuente: mohatextiles |
"Se quien eras antes de que todo aquello que te pasó atenuara tu brillo." |
Gracias por prestarme tus ojos por
un ratito… ¡Excelente semana!